San Ildefonso en el Tiempo | Establecimiento de la Compañía de Jesús en la Nueva España
Establecimiento de la Compañía de Jesús en la Nueva España
La Compañía de Jesús ha sido fundada básicamente para servir a la iglesia de Dios,
yendo a misiones por las diversas zonas de todo el orbe… Fundada por divina inspiración
con la finalidad primordial de ganar para Cristo a esos pueblos.
Hace más de 450 años llegó a México un grupo de misioneros de la Compañía de Jesús, comandado por el padre provincial Pedro Sánchez. Cabe decir que en 1572 —año de su arribo—, el contexto que avalaba sus convicciones estaba inmerso entre las posibilidades de un mundo desconocido y la necesidad de consagrar su deber por la fe cristiana.
La formación de la Compañía de Jesús en 1534 emergió en un entorno lleno de contradicciones y controversias —nada extraño en los tiempos presentes—, pero con la distinción de que antes de aquel momento, nadie cuestionaba el contexto social y, cuando se hizo (la reforma), se desató la guerra y el caos, los cuales se prolongaron en Europa durante el siglo XVI.
Jacobo Frey "San Ignacio de Loyola" Buril sobre papel ©Museo Nacional de San Carlos |
El mismo fundador de la Compañía de Jesús, Ignacio de Loyola, entendió que gran parte de esa problemática fue resultado del desconocimiento de los preceptos asimilados. Es así como toma la iniciativa de agrupar a un puñado de personajes —quienes compartían al menos los mismos ideales— y tuvo muy presente que, en cualquiera de sus acciones, la educación tendría que ser el aval para tal cometido.
Con la misión de combatir las ideas protestantes difundidas por los reformistas, la Compañía de Jesús inició un movimiento reactivo conocido como la contrarreforma, que resultó del concilio ecuménico convocado por la iglesia católica en la ciudad italiana de Trento (1545-1563).
La visión renacentista del siglo XVI, con la que la orden jesuita había visto la luz, estuvo inmersa en acciones direccionadas en distintos frentes, que en el contexto de una época de descubrimientos geográficos y conquistas territoriales, pronto demostraron que los tiempos y la visión debía orientarse hacia aquellas latitudes, con una clara determinación de evitar la réplica de lo acontecido en el viejo mundo y así posibilitar la utopía, la idea de una Nueva Jerusalén que fuese ejemplar bajo el canon de lo establecido.
Tras la aprobación del papa Paulo III a la orden religiosa de la Compañía de Jesús en 1540, los colegios cobrarían gran relevancia como espacios de reunión para el estudio y formación de misioneros a los que se les encomendaba la cuidadosa tarea de llevar el mensaje, dispuestos a combatir ya no con espadas, sino con la fe, con gentilidad, don de palabra que los conocimientos adquiridos les otorgaban en los espacios formativos de los colegios jesuitas. Gandía (1544- 46) y Mesina (1545) fueron referentes para que en los años por venir y en los lugares donde se establecieran los jesuitas, surgieran los colegios.
Puerta Colegio de San Ildefonso ©Mediateca INAH |
Jonatan Chávez
Historiador y
Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San
Ildefonso.
Bibliografía:
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- Chevalier, Jean. Historia de los latifundios en México. México. FCE., 1997.
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- El arte de las misiones del norte de la Nueva España 1600-1821. México, ACSI, 2009.
- Gonzalbo Aizpuru, Pilar. La educación popular de los jesuitas. México, UIA, 1989.
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- Vargaslugo, Elisa. “El Real y Más Antiguo Colegio de San Ildefonso”, en Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, Nafin, 1997.
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