Memoria Compartida | ENP y la UNAM

 La Escuela Nacional Preparatoria y la Universidad Nacional Autónoma de México en la década de los treinta: Entre la autonomía y su reconfiguración

La autonomía es como un imaginario que todos
 los días vivimos, y tenemos que hacerlo frente
 a instancias que a lo mejor no quieren que
seamos autónomos. Siempre ha sido algo que debemos
 defender desde adentro. No es un concepto
 único, tiene muchas vertientes. Hay personas que
 lo interpretan en función de intereses, de momentos
 históricos o políticos, de conflicto. Hay, insisto,
 muchas interpretaciones, pero a diario hacemos

esta institución que es autónoma.
Renate Marsiske

Para la nueva Universidad, el otorgamiento de su autonomía sentó los precedentes que consolidaron su identidad en las décadas por venir. Este proyecto fue parte de Ley orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México que se aprobó el 22 de julio de 1929, formulado por el presidente Emilio Portes Gil.

La ley establecía que una de las acciones de la universidad, además de impartir carreras y organizar la investigación científica, era otorgar educación a quienes no tuviesen la posibilidad de asistir a escuelas superiores. También modificaba la forma de gobernarse, pues se creaba una relación entre el Consejo Universitario —órgano colegiado de máxima autoridad—, el rector, los directores de las facultades, escuelas superiores e institutos, así como entre las organizaciones que representan a alumnos y profesores. A grandes rasgos, un entramado de correlaciones que mantuviese su estructura y unidad.

Consejo Universitario ©️ Archivo Histórico UNAM

Sin embargo, como señala el investigador Álvaro Matute, la autonomía no lo era del todo. Si bien, el rector sería nombrado por el consejo universitario, debía surgir de una terna propuesta por el Presidente de la República, como el caso de la elección de Ignacio García Téllez, quien fuera el primer rector de la UNAM del 11 de julio al primero de agosto de 1929, hasta que presentó su renuncia por las inconformidades de los estudiantes. 

El ambiente era tenso y los debates sobre la autonomía no cesaban. En ese contexto asumió el rectorado José López Lira, del 2 de agosto al 4 de septiembre, interinato que concluyó cuando Ignacio García Téllez regresó para finalizar su gestión del 4 de septiembre de 1929 al 12 de septiembre de 1932.

Ignacio García Téllez fue preparatoriano, estudió la carrera de Leyes en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y más tarde fue profesor en la Facultad de Derecho. Durante su rectorado se comenzaron las gestiones para crear la Ciudad Universitaria y se publicó el primer número de la Revista de la Universidad, bajo la dirección de Julio Jiménez Rueda.

Al concluir su periodo, se nombró al farmacéutico Roberto Medellín Ostos como rector, en cuya administración se publicó la Ley orgánica que suprimiría el carácter de Nacional que le dio el nombre de Universidad Autónoma de México a la máxima casa de estudios.

Por su parte, Manuel Gómez Morín fue rector del 23 de octubre de 1932, hasta el 26 de octubre de 1933. Fue nombrado por el Consejo Universitario —sin la intervención del gobierno—. Preparatoriano y abogado de la Escuela de Jurisprudencia,  Morín perteneció al grupo de los Siete Sabios y, ante el clima de crisis económica, logró llevar su administración bajo el lema “austeridad y trabajo”; más tarde, realizó el primer Estatuto de la Universidad que reglamenta la Ley Orgánica de la Institución, con lo que se dio pauta a la organización del primer Congreso Universitario. En su rectorado también se creó el Instituto de Ciencias Geográficas.

Sin embargo, las relaciones interinstitucionales de la UNAM y el gobierno eran tensas y la confrontación del rector con el gobierno de Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas lo llevaron a presentar su renuncia, pues, como es sabido, el gobierno cardenista pretendía elevar al rango constitucional la educación socialista en el nivel superior. El rector Gómez Morín argumentaba que era un atentado a la libertad de cátedra; tras su renuncia, se dedicó a la creación del Partido Acción Nacional, mientras que en la UNAM participó en la primera Junta de Gobierno en 1945.

Por otro lado, los empleados universitarios eran considerados federales, no universitarios. Peticiones como informes anuales de la universidad debían presentarse ante el Congreso de la Unión y la Secretaría de Educación Pública, sin dejar de mencionar que el Estado podía vetar algunas de las decisiones tomadas por la universidad o que el presidente podía someter los gastos de la misma a procesos de comprobación por medio de la Contraloría de la Federación, en caso de que fuese requerido. En conclusión, con la autonomía, la universidad comenzaba un largo camino para configurar un ejercicio real de libertad y responsabilidad permanentes.

Marcha por la autonomía universitaria ©️ Fundación UNAM

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Escuela Nacional Preparatoria. Imágenes y pinceladas de sus protagonistas. México, UNAM-ENP, 2014.
  • Garzón Lozano, Luis Eduardo. La historia y la piedra. El Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, Porrúa, 2000.
  • Los 100 años de la UNAM. México, La Jornada, 2010.
  • Monsiváis, Carlos. Apocalipstick. México, Debolsillo, 2011.
  • Tiempo universitario. México, Antiguo Colegio de San Ildefonso, 2010.

¿Quieres saber más sobre la historia del Colegio de San Ildefonso?

Comentarios

Destacados