Memoria Compartida | Los Contemporáneos

 Los Contemporáneos en San Ildefonso
Un acercamiento contextual

 

Quienes se distinguen en este grupo de escritores tienen de común con todos los jóvenes mexicanos de su edad, nacer en México, crecer en medio raquítico intelectual; ser autodidactas, conocer la literatura y el arte principalmente en revistas y publicaciones europeas; no tener cerca de ellos sino muy pocos ejemplos brillantes, aislados, confusos y discutibles; carecer de esas compañías mayores que decidan desde la más temprana juventud, un destino y, sobre todo, encontrarse inmediatamente cerca de una producción literaria y artística cuya cualidad esencial ha sido una absoluta falta de crítica.

Esta última condición en la más importante…La realidad mexicana de este grupo de escritores jóvenes ha sido su desamparo y no se han quejado de ella; ni han pretendido falsificarla; ella les permite ser como son.

Es maravilloso cómo Pellicer decepciona a nuestro paisaje; cómo Ortiz de Montellano decepciona a nuestro folklore; cómo Salvador Novo decepciona a nuestras costumbres; cómo Xavier Villaurrutia decepciona a nuestra literatura.

Jorge Cuesta  

 

El Colegio de San Ildefonso es un recinto que a través del tiempo ha sido espacio de acción en la conformación del devenir de la cultura mexicana. Su constitución es reunión de tiempos y su presencia ha quedao impresa en la memoria colectiva de las sociedades que lo han hecho parte de sí.

Lugar para las utopías, posibilidad para la creación, porque la juventud ha sido materia prima con la que se han amalgamado ideologías, movimientos y sin duda, procesos culturales que develan la riqueza de la identidad del pueblo mexicano en distintos momentos.

Arquitectura, pintura, escultura no solo han sido las disciplinas que muestran la grandeza del pasado y son la esencia del recinto, la literatura ha sido caudal inagotable de presencias que ahora son referente de géneros literarios, creaciones de revistas y editoriales que en cada momento fueron el medio de expresión de jóvenes inquietos y analíticos.

La lista es inmensa, lo mismo la diversidad de géneros y vanguardias literarias que abrazaron cientos de estudiantes; en ellas se refleja su formación en las aulas del Colegio de San Ildefonso, de donde más tarde emergieron personajes destacados en el mundo de las letras. Gracias a esta herencia, se ha rescatado en tiempos actuales la labor educativa del Colegio de San Ildefonso, como espacio para ser lugar de encuentro, diálogo y reflexión en seminarios, cátedras y coloquios.

Por siglos, la creación literaria ha sido fundamento del resto de las manifestaciones artísticas; postulados, preceptos han sido faro de inspiración para las otras manifestaciones plásticas, si eso ha sido un fenómeno recurrente, el Colegio de San Ildefonso no ha sido ajeno a este proceso.

Durante el jesuitismo, San Ildefonso fue espacio educativo para los jesuitas que contaba incluso con su propia imprenta para la difusión de saberes; más tarde en el exilio forzado realizarían la relatoría de la riqueza del mundo virreinal y en todo momento enfatizaron el nombre de México para exaltar las cualidades únicas de estas tierras de las que fueron arrancados indolentemente.

En el siglo XIX, con el establecimiento de la Escuela Nacional Preparatoria en 1867, se formaron los escritores románticos que revisaban el pasado para estructurar un presente y sentar la base de la modernidad de la nación mexicana, que en el último tercio de la centuria generaron círculos literarios, revistas que fueron espacios de expresión para intelectuales que debatían sobre cuál sería el camino para seguir en la antesala del siglo XX.

Cada generación es diferente, el rechazo es por lo general el punto de partida para diferenciarse de la generación que le precede, los mayores encuentran en la tradición la justificación para la continuidad, como una verdad incuestionable, sin embargo, criticar la tradición es en más de una ocasión, la justificación para romper con el atavismo, de esta manera es posible entender a la juventud que se vuelve reactiva, critica y analítica de su tiempo y han sido las letras un medio para su expresión y reacción.

Así como para el pintor es el pincel, es la pluma para quien escribe; el arma de la ruptura y la contradicción; con ella redacta composiciones, postulados y narrativas que, al llegar a manos de otros lectores ávidos de letras, adquieren correligionarios, críticos y oponentes, hacen de lo escrito consignas de ópticas que critican tiempos anteriores y presentes.

Para un contexto como el vivido por los jóvenes que fueron llamados Los Contemporáneos, la cultura mexicana transitaba por un momento coyuntural entre dos aguas, de una modernidad vista como anquilosada y en una necesidad de saltar a una contemporaneidad vibrante y compulsiva, analítica y reactiva que hizo de la crítica mordaz y libertad el mayor sustento de su razón de ser.

Carlos Pellicer, Daniel Cosío Villegas y otros miembros de la Federación Nacional de Estudiantes, 1921.
©️Secretaría de Cultura-INAH-Méx. Inv. 5682. SINAFO,  reproducción autorizada por el INAH.

El espacio físico de la generación de Los Contemporáneos es la del México que subyace en el periodo donde la constitución del nacionalismo post revolucionario, el olor a pólvora y los refuegos de la guerra cristera, de las manifestaciones estudiantiles que ponían en vilo los andamios de los muralistas, objeto de toda la agudeza critica de los preparatorianos que encontraban en sus murales el blanco perfecto para descargar su rechazo y critica.

Carlos Monsiváis hace referencia, respecto al periodo que va de 1920 a 1932, a la generación de Los Contemporáneos, destacando las características de grupo; sin llegar a la obsesión puntual, menciona las afinidades literarias, las revistas hechas en común como Ulises -antesala de la revista Contemporáneos, de la que se tomará el nombre para identificar al grupo-, las admiraciones y aversiones compartidas; y podría sumarse una más: fueron estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria, donde su espíritu de jóvenes inquietos forjaron el análisis crítico, con una fuerte carga corrosiva ante el arte  que se pintaba en los muros de San Ildefonso, que en más de una ocasión lo vieron como una intransigencia impuesta. 

Contemporáneos fueron Carlos Pellicer, Salvador Novo, Jorge Cuesta, Gilberto Owen, Javier Piña, Bernardo Ortiz de Montellano, Enrique González Rojo, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet y sin duda alguna, Xavier Villaurrutia.

Continúa Monsiváis la relatoría de Contemporáneos sin corresponder a un purismo cronológico y lineal: “No son contemporáneos Rubén Salazar Mallén, Samuel Ramos, Ermilo Abreu Gómez, Bernardo Gastélum, Luis Cardoza y Aragón, Carlos Chávez, Celestino Gorostiza y Rodolfo Usigli, Elías Nandino, artistas plásticos como Agustín Lazo, Rufino Tamayo, María Izquierdo, Antonio Ruiz mejor conocido como El Corcito, Julio Castellanos, ni Manuel Rodríguez Lozano”, pero al sumarlos encuentra en el conjunto y su producción multidisciplinar un universo cultural interminable.

En la marco del día internacional del orgullo LGBTTTIQA+, el anecdotario estuvo dedicado a uno de los integrantes de los Contemporáneos: Salvador Novo, con lo que se abrió un espacio para la revisión de los integrantes y los contextos que dieron origen a las agrupaciones de escritores surgidas en las aulas de la Escuela Nacional Preparatoria, que han posicionado a la literatura mexicana en la cultura universal y que continuará en este espacio en próximas entregas.

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Escuela Nacional Preparatoria. Imágenes y pinceladas de sus protagonistas. México, UNAM-ENP, 2014.
  • Garzón Lozano, Luis Eduardo La historia y la piedra. El Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, Porrúa, 2000. Los 100 años de la UNAM. México, La jornada, 2010.
  • Monsiváis, Carlos. La cultura mexicana en el siglo XX. México, El Colegio de México, 2010.
  • _____________. Apocalipstick. México, Debolsillo, 2011.
  • Novo, Salvador. La estatua de sal. México, FCE,1998.
  • Tiempo universitario. México, Antiguo Colegio de San Ildefonso, 2010


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