San Ildefonso en el Tiempo | El pensamiento intelectual jesuita

     El pensamiento intelectual jesuita y su contribución
a la identidad criolla novohispana


 
Si la mar fuera de atole
y las olas de tortilla
 caminaran los criollitos
hasta el puerto de Sevilla
 
Refrán popular novohispano


Bautizo de lxtlilxóchitl por José Vivar y Valderrama, siglo XVIII. Museo Nacional de Historia.



La combinación de la metodología educativa y la labor misionera tuvo repercusiones en la mentalidad de los novohispanos, al estrechar los vínculos devocionales y afectivos con los formadores de cientos de generaciones de jesuitas, ya fuera con la toma de los votos de la orden, o desde lo profano al mantener vínculos de convivencia social, lo que Gerard Décorme llama jesuitismo.

En ese proceso se creó una dirigencia social sustentada en los principios de la orden jesuita: ejemplar, devota y obediente de lo establecido, pero a la vez con una visión global, por su presencia en todo el orbe, con el dominio de la tradición clásica, la ciencia moderna y el conocimiento de estas tierras con su diversidad cultural. Con los padres lenguas, cuya habilidad y conocimiento de los idiomas que las comunidades hablaban les permitió educar y aprender del conocimiento de los pueblos indígenas, hubo una sinergia de saberes que quedaron plasmados en un sinnúmero de publicaciones, y que desarrollaron un profundo sentido de identidad; la educación jesuita contribuyó a establecer puentes entre las bases estructurales, sin contradecir la institucionalidad del momento en que se encontraba establecida en la religión y la monarquía. Ello no les impidió fortalecer los lazos entre la patria mexicana y el mundo.

El Colegio de San Ildefonso tuvo una imprenta que ayudó a la creación y divulgación de saberes. La lista de jesuitas que dedicaron su pluma al conocimiento y riqueza del territorio hoy llamado México —los expulsados—, fueron una generación destacada en todos sentidos, con logros científicos y literarios de personalidades como Francisco Javier Clavijero, Miguel Barco, Francisco Xavier Alegre y Diego José Abad —por mencionar solo algunos, y que serán objeto de futuras entregas— se creó el canon educativo que sería la simiente crítica y científica de la educación hasta el momento de la revolución de Independencia. El Colegio de San Nicolás, donde Miguel Hidalgo y Costilla se educó, es otro ejemplo.


Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía: 

  • Archivo Histórico de la Ciudad de México, expedientes 15, 17, 18, y 22, Historia ramo: Fundaciones, vol. 2262.
  • Bethell, Leslie (ed.). Historia de América Latina. Tomo II:América Latina colonial: Europa y América en los siglos XVI, XVII y XVIII”. Barcelona, Cambridge University Press-Crítica, 1998.
  • Decorme, Gérard. La obra de los jesuitas mexicanos durante la época colonial. 1572-1767. Tomo I: “Fundaciones”. México, Porrúa, 1941.
  • Gonzalvo Aizpuru, Pilar (coordinadora). Historia de la vida cotidiana en México. Tomo III: “El siglo XVIII, entre tradición y cambio”. México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, 2005.
  • Historia general de México, Colmex (Centro de Estudios Históricos), 2000.
  • Lynch, John. La España del siglo XVIII. Barcelona, Crítica, 1999.
 
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