Maestros Muralistas | Siqueiros: Obras 1930-1937 [II]

David Alfaro Siqueiros
Obras 1930- 1937: Entre el mexican curious
 y el ejercicio plástico
Segunda parte

 

Pintores como Alfaro Siqueiros han enriquecido con visiones inesperadas y nuevas, salidas del sueño, de la alucinación y del deseo inconfesado, el mundo, añadiendo a la realidad cotidiana fragmentos
 de realidad interior no menos intensos y más profundos
 

Xavier Villaurrutia 


David Alfaro Siqueiros. ©INAH

Sergei Einsenstein, Eugene Solas, Hart Crane, Gabriel García Maroto, Carolina Durieux, Eyler Simpson, William Spratling, Salvador Novo y Roberto Montenegro organizaron la exposición de la obra de David Alfaro Siqueiros en la Casa de España en México, con el apoyo de la representación diplomática del país ibérico. El artista decidió acudir el día de su clausura a pesar de encontrarse bajo arresto domiciliario en Taxco.

El acto representó una transgresión que no terminó ahí: al llegar a la Ciudad de México Siqueiros departió con los medios y se motivó para reflexionar sobre la riqueza del arte. Su espíritu revolucionario, como el de un río desbordado, lo llevó a la mención de un término: mexican curious.

En Rectificaciones sobre las artes plásticas en México, Siqueiros planteaba que el arte en México tiene recurrencias a la imitación del pasado y carece de propuestas, pues solo se confina a la reproducción preciosista que les gusta a los turistas a manera de souvenir.

Después de atravesar un periodo complejo, Siqueiros canalizó sus inquietudes en la política; sin embargo, la lucha social, la cercanía con la gente, los años azarosos y la confrontación con la autoridad lo convencieron de que el arte contemporáneo debía ser tan actual como la misma sociedad, un reflejo de su realidad que, sin negar la tradición, se alejara de la réplica.

La muestra y la intervención resultaron todo un éxito. El escritor y fundador de la revista Contemporáneos, Xavier Villaurrutia, escribió para su crónica del Excélsior que la obra de David Alfaro Siqueiros se emparentaba con la de José Clemente Orozco, porque de ambas se desprende una fuerza dramática, inquieta e inquietante en la que los objetos y los seres se hallan instalados en una actualidad que está hecha de pasado, de presente y de futuro. Sin embargo, su violación al arraigo domiciliario lo convirtió en un perseguido político, por lo que tramitó una petición de asilo político en los Estados Unidos, exilio que pasaría en la ciudad de Los Ángeles.

Instalado en los EE. UU. y apoyado por el director de cine Joseph Von Sternberg, Siqueiros realizó tres murales e impartió un curso de muralismo en el Instituto Chouinard; también llevó a cabo una acción multidisciplinar que consistió en organizar tres grupos de creativos precedentes de diversas latitudes y actividades diversas: pintores, escenógrafos, fotógrafos, dibujantes provenientes de los estudios Disney, estudiantes de química y arquitectos con los que pintó los primeros murales de la historia del arte moderno: Un mitin obrero, La América tropical oprimida y destrozada por los imperialismos y, en la casa del director Dudley Murphy, un mural controversial que titularía Entregamiento de la burguesía mexicana surgida de la revolución en manos del imperialismo, con el actor Charles Laughton convertido en mecenas del artista, mismo que lo llevó a adquirir diversas obras valuadas en varios miles de dólares.

Ese mismo año impartió una conferencia magistral en el Reed Club, que pertenecía al Partido Comunista estadounidense. Ahí expresó algunas ideas estéticas y sobre arte público en Los vehículos de la pintura dialéctico subversiva. En octubre contrajo matrimonio con Blanca Burn y, para noviembre, el Departamento de Estado le notificó que su visa, así como la de su esposa y su hijo no serían renovadas, lo que los obligaba a dejar el país inmediatamente.

Fue recibido en Uruguay por la escritora Victoria Ocampo, directora de la revista literaria Sur que se publicaba en Argentina. En dicho país utilizó por primera vez la pintura hecha a base de silicatos, con la que ejecutó el mural movible Victoria proletaria.

En la ciudad de Buenos Aires, en una casa particular propiedad de Natalio Botana, realizó el llamado Ejercicio plástico, del que derivó un texto en el que describe cómo fue su planteamiento para ejecutar esta obra. Lo que aprendió en los Ángeles se vio manifiesto en la pictórica cinética y poliangular con la que todo el espacio arquitectónico se ocupa por la pintura.

Para 1934, Siqueiros regresa a los EE. UU., sin su esposa y muy comprometido con su arte. Alma Reed, activa gestora y promotora cultural del arte mexicano organizó una exposición de la obra del artista. Por su parte, Siqueiros publicó en la revista del Partido Comunista estadounidense El camino contrarrevolucionario de Rivera, artículo de clara confrontación que le acarreó todo tipo de desavenencias con el pintor de Guanajuato; ambos se verían de nuevo frente a frente cuando intervinieron el Palacio de Bellas Artes, donde debatieron sobre el arte y su compromiso con la sociedad.

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía: 

  • Herner, Irene. Siqueiros: Del paraíso a la utopía. México, Porrúa, 2010.
  • Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida Cultural y política 1901-1929. México, Editorial Océano, 2002.
  • Pinta la revolución:Arte moderno mexicano 1910-1950. México, Secretaría de Cultura, 2016.
  • Ramírez, Fausto. Modernización y Mmodernismo en arte mexicano, México, UNAM, 2008.
  • Roura, Alma Lilia. Olor a tierra en los muros. México, Educal, 2010.

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