Memoria Compartida | Adelina Zendejas

 Adelina Zendejas (1909-1993)

Preparatoriana y precursora de los derechos de la mujer y los niños en México 

Éramos 100 mujeres frente a 1400 hombres.

La escuela de San Ildefonso maravillosa donde está la biblioteca, el lugar donde estábamos las señoritas, saber que Vicente Lombardo Toledano vivía ahí, irnos a asomar al anfiteatro Simón Bolívar, el tanque que estaba donde luego se acabó de construir la rectoría y las oficinas administrativas de la universidad, todo, todo era sorprendente.

La preparatoria era un volcán porque era la eclosión de todas las raíces del mexicano en su cultura, en sus tradiciones, fue la década del redescubrimiento fue la época para mí de la eclosión de las raíces nacionales, por un lado, estaba Diego Rivera y por el otro José Clemente Orozco, por allá Fermín Revueltas, la preparatoria era el centro de la revolución ideológica de México, allí confluían obreros, campesinos, todo esto fue creando en mí un sentido de lo que era la lucha, que si no lográbamos la transformación de la sociedad, nunca íbamos a lograr la liberación de la mujer…

Adelina Zendejas

Adelina Zendejas Gómez luchó en favor de los grupos más vulnerables, principalmente las mujeres y los niños. A pesar de las carencias económicas que vivió en la niñez, se aferró a la educación y fue una convencida de que sólo a través de ella se podían generar los cambios sociales a los que se consagró su trabajo profesional.

Nacida en la ciudad de Toluca el 16 de diciembre de 1909, Adelina Zendejas fue hija de Manuel Zendejas Martínez, pionero de la lucha por la nacionalización de los ferrocarriles, y de Carmen Gómez. Considerada precursora del feminismo en México, Adelina fue maestra, periodista y activista, una comprometida luchadora social en favor de la clase obrera y campesina, quien apoyó la educación indígena. Su legado siempre estará vinculado al cambio cultural de principios del siglo XX, que inició con su ingreso a la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso como parte de aquel primer grupo de mujeres admitidas en 1922.

Lo mismo se juntaba con los más estudiosos de la preparatoria o los cachuchas, donde se hizo amiga de Frida Kahlo. Dos personalidades tan contrastantes no fueron motivo para que su amistad no durase hasta la muerte de la pintora. La siempre impecable Adelina Zendejas andaba por la preparatoria con el cabello trenzado: le decían La potranca debido a su personalidad determinada, potente y, sobre todo, inteligente.


Fue una de las primeras chicas que encabezó la sociedad de alumnos de la preparatoria, donde solo había acceso mediante el voto que se ejercía por hombres y mujeres. Desde la práctica estudiantil y el activismo, Adelina siguió su formación hasta su salida de la preparatoria en 1926. Más tarde ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras, donde concluiría la licenciatura para más tarde obtener el doctorado. Adelina Zendejas es considerada dentro de la generación del 29 no solo por lo académico, sino también por la constante lucha social y universitaria en pro de la autonomía y la constitución de nuestra máxima casa de estudios.

Como varias de sus compañeras preparatorianas, con tan solo 15 años se involucró en el Congreso Panamericano de Mujeres Mexicanas que organizó José Vasconcelos en 1923, movimiento que pedía el voto para la mujer y que a la vez tenía muchas referencias del movimiento sufragista norteamericano, y a cuya cabeza estaba Margarita Robles de Mendoza. Zendejas se inclinaba porque se cumpliera la Constitución, principalmente en el tema del derecho al trabajo, porque sin este, las mujeres no podían acceder a un pago justo, lo que no les permitiría un cambio en su situación económica.

En aquellos años prevalecía un feminismo extremo, con una carga política gregaria a ultranza, de élite y nada inclusiva, pues dejaba fuera de la discusión a las campesinas y obreras. Adelina Zendejas no comulgó con ese feminismo, pues no veía en él una vinculación con las causas del pueblo. 

En múltiples entrevistas, Adelina reiteraba que su formación estudiantil como preparatoriana, aunada a su temprano activismo fueron determinantes, e incluso la hicieron renunciar a sus constructos sociales, todo para ir en búsqueda de su sendero profesional. Ella se entendía a sí misma por haber pertenecido a una generación muy peculiar, a la que llamó activismo precoz,  heredera de una sociedad  entre dos tiempos con atisbos feudales y que emergió de una revolución social que no terminaba de asumir su nueva realidad, entre el materialismo contrastante con el deseo de cambiarlo todo.

Siempre involucrada en el activismo que llevaba de manera paralela a su ejercicio docente, colaboró con la creación de publicaciones en las que su experiencia la hizo especialista; en 1956 crea dos revistas: Magisterio y La Maestra.

Cercana al trabajo sindical, eso la llevó a ser delegada en la Primera Conferencia Mundial de Trabajadoras en la ciudad de Budapest en 1956. Adelina se atrevió a incursionar en el medio del periodismo, actividad donde el machismo rampante era ejercicio cotidiano. Así, tuvo colaboraciones para El Universal Gráfico, El Nacional, El Universal y Excélsior. Su producción periodística fue muy prolífica y, por los temas que exponía, tuvo que hacer uso de más de una decena de seudónimos como el de Yolia para el periódico El Día, donde Adelina Zendejas escribía la columna “Ellas y la vida”, en el que exponía la realidad de la condición social de las mujeres que eran objeto de abuso y explotación infantil. Esta columna la escribió por más de dieciocho años desde 1976.

En la Secretaría de Hacienda realizó el boletín Servicios Sociales; fue miembro de la Comisión Redactora de los Programas de Civismo e Historia de México para la segunda enseñanza; directora de la Escuela Taller para Obreras y Empleadas de Extensión Universitaria y delegada en la Primera Conferencia Mundial de Trabajadores.

Fue fundadora del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer. Con motivo del Año Internacional de la Mujer en 1975, Adelina Zendejas coordinó diversas actividades. Fue una coincidencia que en aquellas mesas interviniera Nancy Cárdenas, quien a su vez participó en favor de los derechos de las mujeres y el respeto por los derechos sexuales de los grupos de diversidad sexo-genérica; cada una desde su trinchera en favor de las mujeres.

En 1988, Adelina Zendejas fue galardonada con el Premio Nacional de Periodismo. Falleció en la Ciudad de México el 4 de marzo de 1993 a los 84 años. Adelina atestiguó el proceso del cambio social de una nación en constante transformación. Su contribución no solo fue de estructura: fue transgeneracional y abrió brecha en un camino que aún está por allanarse y ampliarse en favor de una sociedad distinta. Más allá de posturas o tendencias, la visionaria Zendejas contribuyó a un aspecto ineludible: la presencia y participación de todos dentro de la sociedad.

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Cano, Gabriela. Adelina Zendejas: Arquitecta de su memoria. México, Debate Feminista, 1993.
  • Escuela Nacional Preparatoria. Imágenes y pinceladas de sus protagonistas. México, UNAM-ENP, 2014.
  • Garzón Lozano, Luis Eduardo. La historia y la piedra: El Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, Porrúa, 2000.
  • Los 100 años de la UNAM. México, La Jornada, 2010.
  • Monsiváis, Carlos. Apocalipstick. México, Debolsillo, 2011.
  • Téllez, Hernández, Josefina. Adelina Zendejas Gómez, crisol periodístico con tintes feministas, comunistas y docentes del siglo XX. El periodismo y su vida. México: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, 2014.
  • Tiempo universitario. México, Antiguo Colegio de San Ildefonso, 2010.


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