Maestros Muralistas | Gerardo Murillo (Dr. Atl) [III]

Gerardo Murillo (Dr. Atl) [III] 

Encuentros y desencuentros del hacedor del muralismo mexicano

Me había dado por completo a la interpretación
del paisaje por dos razones: la primera,
por mi espíritu vagabundo, amante de excursiones
y las expediciones, y la segunda porque
mi temperamento de hombre independiente
me impidió sumarme al grupo de pintores
que trabajaban bajo la protección oficial,
decorando edificios y pintando retratos.
Gerardo Murillo (Dr. Atl) 


Autorretrato, 1959. Dr. Atl (Gerardo Murillo)
 ©️ Colección Andrés Blaisten

En 1905, Gerardo Murillo fue contratado por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes para hacerse cargo de dictaminar la obra pictórica que sería catalogada como patrimonio de la nación.

El maestro —originario de Jalisco—, se dio a la tarea de revisar anaqueles, esculturas y grabados; con su ojo experto y educado para ver con detalle, pronto rendiría un informe en el que la honestidad, aderezada de sarcasmo, dejaría en claro que poco o nada de aquello merecía ser considerado para recibir el apelativo de “patrimonio de la nación”. Su habilidad le otorgó la posibilidad de hacer valuaciones en distintas ciudades y acervos como el de la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Terminada su labor en mayo de 1908, el informe fue devastador, por decir lo menos:

Al revisar esta obra con motivo de la desocupación de la vieja bodega, he ratificado en todo el juicio que de ellas me había formado y no he encontrado entre las doscientas cuarenta y seis pinturas embodegadas, más que una sola que pueda pasar a la nueva bodega, donde espero, el tiempo tendrá el buen sentido de acabarlas de destruir.

La descripción de Gerardo Murillo correspondía a su contexto y formación: su repudio a la reminiscencia de la tradición novohispana era patente por dos motivos y con múltiples aristas: por un lado, su formación inicial ¾de corte positivista¾, renuente al pasado colonial, y por otro, el acercamiento a los movimientos de vanguardia europeos, combinados con la ideología trasgresora y contestataria de los movimientos sociales de la época. 

Sin serlo, Gerardo Murillo fue ateneísta: sus ideas comulgaban con las expresadas en el Ateneo de la Juventud, espacio del que emergieron los procesos que dieron estructura al fenómeno cultural de las primeras décadas del siglo XX. De Murillo puede decirse, sin duda, que. además de ser uno de los detonadores del muralismo, también contribuyó a los procesos de reflexión y constructo durante una época que se definió en gran parte por el arte.

Valle de Tepoztlán, 1958. Dr. Atl (Gerardo Murillo)
 ©️ Colección Andrés Blaisten

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Arte moderno de México: 1900-1950. México, Antiguo Colegio de San Ildefonso, 2000.
  • Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte: Pintura del siglo XIX. Tomo I: “México”, Conaculta-INBAL, 2002.
  • Latin American Lives. Nueva York, MacMillan, 1998. 
  • Los modernos. México, Museo Nacional de Arte/INBAL-Museé des Beaux-Arts de Lyon, 2016.
  • Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida cultural y política 1901-1929. México, Océano, 2002.
  • Museo Nacional de Arte. México, INBAL, 2003.
  • Ramírez, Fausto. Modernización y modernismo en el arte mexicano, México, UNAM, 2008. 
  • Sáenz, Olga. El símbolo y la acción: Vida y obra de Gerardo Murillo, Dr. Atl. México, UNAM, 2012.


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