Memoria Compartida | La ley orgánica de la ENP

La ley orgánica de la Escuela Nacional Preparatoria y su vínculo con la Universidad Nacional Autónoma de México


La creación de la Escuela Nacional Preparatoria obedeció a dos principios esenciales: acceder a una educación laica y a la necesidad de una institución con un sistema educativo propio. Sin embargo, la circunstancia histórica no eximió a la ENP del devenir nacional. El proyecto positivista bajo el que estuvo estructurada transitó por etapas de gran desarrollo, y por su efectividad propició el desarrollo profesional y la movilidad social. La estructura de la preparatoria, sustentada en un equilibrio científico y humanista, fortaleció el modelo educativo, no obstante, con el tiempo, se enfrentó a la propia necesidad de trastocar su constitución para poder seguir su camino.

El último tercio del siglo XIX fue quizás la etapa de mayores retos para la institución; el sistema positivista ya no era lo que había sido y la situación geopolítica de México demandaba nuevamente un cambio. La ENP mostraba señales de anquilosamiento que la obligó a renovarse.

Esto no fue sencillo. Después de su nacimiento, la universidad y su vínculo con la preparatoria develaron las fisuras que la institución decimonónica mostraba, y que la privaba de la solidez necesaria; lo cual, aunado a la crisis política, económica y social de la Revolución mexicana, la puso en riesgo.

Durante una etapa fueron separados ambos establecimientos por decisiones que no tomaban en cuenta que uno era soporte del otro. La década de 1920 a 1930 representó el periodo de modernización para la primera y de estructuración para la segunda, como fue el caso de la lucha por la autonomía, alcanzada en 1929. Con ello se logró el ejercicio de libertad de cátedra, la toma decisiones desde el interior de la institución y su fortalecimiento como un proyecto moderno para la sociedad mexicana.

El 6 de enero de 1945, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, con lo que se determinó que la Escuela Nacional Preparatoria formaba parte indisoluble de la estructura de la Máxima Casa de Estudios.

Con el establecimiento institucional de la ley, se consolidó una sinergia en el modelado de los programas educativos, se estableció una continuidad formativa orientada hacia el progreso del estudiantado, se le otorgó un amplio programa pedagógico en constante actualización y se generó un sentido de vínculo y pertenencia, vigente hasta al día de hoy. Los destinos de ambas son uno solo: su pasado sigue vigente en sus aulas, por las que han pasado miles de estudiantes. Es necesario conservar su acervo y reconocer su importancia, no solo como vestigios sino como un patrimonio vivo para las nuevas generaciones.

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Los 100 años de la UNAM. México, La Jornada, 2010.
  • Maravillas y Curiosidades, Mundos inéditos de la Universidad. México, UNAM, 2004.

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