San Ildefonso en el Tiempo | Origen del Patronato Real
La Compañía de Jesús en la Nueva España: el origen del Patronato Real y su concesión a los jesuitas por la corona española
La reconquista se cumplió por voluntad de los reyes cristianos, pues el papado se encontraba inmerso en sus propios conflictos geopolíticos. Con todo, los Reyes Católicos solicitaron al papado la concesión de ciertas bulas, que no eran otra cosa que permisos; uno de los más importantes fue el llamado Patronato Regio. Al mismo tiempo, Cristóbal Colón realizó los descubrimientos que más tarde llevarán al reino de Castilla a convertirse en un imperio ultramarino sin precedentes. Debemos considerar, pues, dos acciones paralelas.
Con la reconquista de la península, España se convirtió en ferviente defensora de la cristiandad y, con el descubrimiento americano, se abrieron enormes extensiones de tierra con poblaciones para evangelizar. Así, gracias al Patronato Regio, también llamado Patronato Real, los reyes de Castilla y Portugal obtuvieron la concesión para el establecimiento del clero secular y regular en sus territorios, con las implicaciones administrativas de la recaudación de diezmos. Todo ello bajo la condición de difundir la fe cristina y de impedir el desarrollo de herejías.
Tras la creación del Colegio de San Ildefonso en 1583, ratificado con la licencia del virrey Martin Enríquez de Almanza en 1588, comenzaron las disputas en cuanto a la rendición de cuentas que los jesuitas estaban obligados a entregar a alguna de las instituciones, pues no reconocían en el virrey a una figura de autoridad. Esta situación habrá de resolverse con el otorgamiento del Patronato Real por parte del rey Felipe III en 1611, ratificada al año siguiente.
Felipe III solicitó a los jesuitas instalar el escudo de armas en la entrada principal y otorgar doce becas a los estudiantes sobresalientes en las Artes Liberales y en Teología, el día de San Ildefonso, el 23 de enero, en presencia del virrey. De igual manera, se les exigió informar a este último de todo el quehacer y desempeño de estos estudiantes. De esta manera quedó cerrado el asunto de las jerarquías, y los jesuitas lograron mantener indemnes sus cuatro votos.
Con el tiempo, la acción de los jesuitas fue vista con buenos ojos por las autoridades novohispanas, quienes de forma muy sutil tenían injerencia total en las finanzas de la Compañía. Por otro lado, “El más Real y Antiguo Colegio de San Pedro, San Pablo y San Ildefonso” ganó prestigio entre la sociedad novohispana, que aspiraba a que sus hijos un día ocuparan un lugar en esta renombrada institución educativa.
Jonatan Chávez
Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del
Colegio de San Ildefonso.
Bibliografía:
- Bethell, Leslie. Historia de América Latina .América Latina Colonial: Europa y América en los siglos XVI, XVII y XVIII. Barcelona, Crítica, 1998.
- Chevalier, Jean. Historia de los latifundios en México. México. F.C.E. 1997.
- Decorme, Gerard. La Obra de los Jesuitas mexicanos durante la época colonial. 1572- 1767, Tomo I. Fundaciones, México, PORRÚA, 1941.
- Vargaslugo Elisa. "El Real y Más Antiguo Colegio de San Ildefonso", en Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, NAFIN, 1997.
Textos de internet:
http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/sacrosantoConcilioDeTrento.pdf
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