Maestros Muralistas | José Clemente Orozco: ecos de su obra pictórica (II)

José Clemente Orozco: Ecos de su obra pictórica en San Ildefonso en los muros de los Estados Unidos
Segunda parte

Homero es nuevo esta mañana, y no hay nada más antiguo que el diario de hoy.

Charles Péguy


La segunda estadía de José Clemente Orozco en la ciudad de Nueva York coincidió con momentos muy críticos, como el colapso de la economía en aquel jueves negro de 1929. El entonces secretario de Relaciones Exteriores, Genaro Estrada, facilitó su estancia en aquellas latitudes.

Orozco conoció a Alma Reed, periodista norteamericana que fue prometida del gobernador de Yucatán Felipe Carrillo Puerto, quien fue asesinado en la rebelión delahuertista. La amistad que establecieron fue muy productiva, pues gracias a ella, gran parte de su obra fue conocida en galerías y círculos de intelectuales.

El artista participó del llamado Círculo Délfico, un grupo de intelectuales creado por iniciativa de Eva y Ángelos Sikelianos, matrimonio entusiasta del movimiento nacionalista griego que veía en la obra de Orozco referencias al campo y espacio heleno que Ángelos evocaba en su poesía, cargada de pasión y amor a la tierra.

Delphic Studios, Junior League (1931, Nueva York)

Orozco encontró eco de lo realizado en las grisallas de San Ildefonso —la cruz impuesta sobre serpientes que evocan a Quetzalcóatl— en las discusiones de aquel círculo délfico, cuyo pensamiento universal y teosófico era compartido en la poesía y discusiones políticas en contra del imperialismo y la ultraderecha fascista, y en el que se establecían coloquios sobre la riqueza cultural de los pueblos milenarios griego, indio o mexicano.

Orozco cristaliza la figura mítica de Prometeo en Pomona College, gracias a la invitación del pintor español José Pijoan. El mural Prometeo, representado de modo monumental en el Frary Hall del Pomona College de California en 1930, es una obra imponente que somete al espectador a la sensación de estar ante un dios, frente a aquel titán que da el fuego de la creación a la humanidad.

En 1930, en el vestíbulo del salón número 705 de la New Social School Research en Nueva York, Orozco crea el mural Alegoría de las ciencias y las artes, la misma trinidad constructora que evocó en San Ildefonso. La revolución es ahora una, a nivel universal, pues están representados Felipe Carrillo Puerto, Lenin y Mahatma Gandhi, una visión intelectual civilizada y transformadora de su tiempo.

Entre 1932-1934, en la biblioteca del Dartmouth College (Hanover, estado de New Hampshire) Orozco lo hará de nuevo; sin embargo, en esta obra hizo una revisión más extensa: se trata de una referencia total de la historia de la humanidad, donde sus paradojas y progresos se reúnen sin cortapisas.

José Clemente Orozco, Prometheus, 1930,  
Fresco, 610 x 869 cm,  Pomona College, California. Foto © Fredrik Nilsen


Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.


Bibliografía:

  • Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida Cultural y política 1901-1929. México, Editorial Océano, 2002.
  • Ramírez, Fausto. Modernización y modernismo en el arte mexicano, México, UNAM, 2008.
  • Roura, Alma Lilia, Olor a tierra en los muros. México, Educal, 2010.
  • Tibol, Raquel. José Clemente Orozco: Una vida para el arte. México, FCE, 2009.



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