Maestros Muralistas | El fresco en la obra de José Clemente Orozco

El fresco

en la obra mural de José Clemente Orozco 


“No recuerdo bien (…), solo me ordenaron con altanería que me retirara (…)”. 
Diario de Orozco al recordar su trabajo en la Escuela Nacional Preparatoria.


En San Ildefonso, la primera etapa de José Clemente Orozco abrevó del academicismo de Botticelli, en el que dejó patente su filiación al pensamiento teosófico que supone que la realidad es resultado de un proceso de sabiduría universal revelado en el transcurso de la vida. Sin embargo, gracias al Dr. Atl, a su experiencia en la guerra y al contacto con algunas convicciones políticas extremas, pudo corregir no solo la pintura sino la intención de sus mensajes mediante un proceso doble: eliminar aquello que no le gustaba y sustituirlo por temas sociales contestatarios que mostraban las desigualdades sociales. La maestría en sus trazos le permitió resolver con habilidad cada uno de esos movimientos. 

Después de finalizar su obra en San Ildefonso, Orozco llevó sus aprendizajes a los EE. UU., donde no solo perfeccionó su técnica, sino que también plasmó en sus cuadernos notas donde el color, la perspectiva y proceso compositivo le dieron el estilo que hasta el día de hoy lo convierte en uno de los pintores fundamentales del movimiento muralista mexicano.

Jonatan Chávez

Historiador y Coordinador de Voluntariado y Servicios al Público del Colegio de San Ildefonso.



Bibliografía: 
  • Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida Cultural y política 1901-1929. México, Océano, 2002.
  • Ramírez, Fausto. Modernización y Modernismo en arte mexicano. México, UNAM, 2008.
  • Roura, Alma Lilia, Olor a tierra en los muros. México, EDUCAL, 2010.
  • Tibol, Raquel. Cuadernos de Orozco. México, F.C.E. 2010.
  • Tibol, Raquel. José Clemente Orozco: Una vida para el arte. México, F.C.E. 2009.

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